En este post queremos explicarte qué es la gestión de riesgos, cómo medir el nivel de riesgo de un proyecto, y darte las herramientas necesarias para gestionarlo.

La gestión de riesgos: un reto para las empresas

El mundo de la empresa es cada vez más complicado, y no hay duda de que la gestión de riesgos de un proyecto es uno de los factores que más inciden en su desarrollo. Sin embargo, la mayor parte de las empresas no están preparadas para dicha gestión.

Identificar, evaluar, planificar y controlar o disminuir su impacto, es un proceso que denominamos como «Gestión de riesgos».

Los riesgos varían en función de dónde provengan, internos o externos, y del tipo de proceso o proyecto que se esté llevando a ejecución.

Tipos de riesgos a los que se enfrentan las empresas

El primer paso para garantizar que tu organización cuente con un plan de gestión de riesgos sólido, es comprender qué tipos de amenazas enfrenta tu empresa y cómo identificarlas.

Riesgos internos

Este tipo de riesgo se da cuando la empresa es vulnerable a una pérdida económica a causa de problemas internos en la propia organización como:

  • Depender de las ventas y de pocos clientes. Su pérdida por alguna causa: calidad, precio, servicio…, puede poner en peligro importante la supervivencia de la empresa.
  • Escasa diversificación de las actividades, servicios o productos
  • Demasiada dependencia de los proveedores
  • Instalaciones obsoletas o que nos generan excesivos gastos en mantenimiento
  • Déficit de caja
  • No contar con la protección de marcas comerciales y patentes

 Riesgos externos

El riesgo externo es una amenaza ocasionada por factores no controlados por la empresa como:

  • Variación de los ciclos económicos.
  • Competencia: mayor calidad y/o valor añadido en sus productos o servicios; mejores estrategias y mayores recursos, …
  • Riesgos en el país donde comercializamos los productos por inestabilidad financiera, problemas de cobro, dificultades de acceso...
  • Derivados de problemas con agentes comerciales, vehículos, fábricas de proveedores, etc.  
  • Situaciones fuera de nuestro control como son los desastres naturales, sanitarios, explosiones, incendios, guerras… 

 

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¿Cómo medir el nivel de riesgo de un proyecto?

A la hora de medir el nivel de riesgo de un proyecto deberemos tener en cuenta el impacto, ya que nos indica las consecuencias de la materialización de una amenaza.

Para ello se lleva a cabo la siguiente valoración cuantitativa a través de la fórmula: 

Impacto (consecuencia) x Probabilidad (de la amenaza o suceso) = Nivel de Riesgo

Veamos a continuación cómo analizar los riesgos y medir su nivel de riesgo en cada proyecto.

Análisis de riesgos en un proyecto

La gestión de riesgos en cualquier caso se basa en tres puntos fundamentales que son:

  • Identificar los factores de riesgo y sus posibles consecuencias
  • Determinar la medida en qué un proyecto está expuesto a dichos factores
  • Crear un plan de riesgos que conlleva la mejor solución para contrarrestar o minimizar los efectos de los riesgos identificados

Cálculo del nivel de riesgos de cada proyecto

El siguiente paso en el plan de gestión de riesgos de su empresa es calcular su nivel de riesgo en función de su impacto potencial en los resultados o la reputación de la empresa. Este cálculo implica contar con un plan estructurado que tenga presente los seis pasos a seguir a la hora de implementar el mismo.

 

 

Pasos a seguir a la hora de abordar la gestión de riesgos

La gestión de riesgos es una valiosa herramienta para las empresas a la hora de empezar a gestionar los riesgos de manera estructurada, garantizando una mayor estabilidad y continuidad.

A la hora de implementar tu proceso de gestión de riesgos en proyectos debes de tener en cuenta estos seis pasos:

  1. Identificación: identificar todos los tipos posibles de amenazas y riesgos que pueden afectar los proyectos.
  2.   Análisis de riesgos: analizar la probabilidad de ocurrencia, la gravedad del riesgo y el plan de respuesta, para cada uno de los riesgos y amenazas tipificados en el punto 1.
  3.   Priorización: priorizar sobre la base de cuánto afectaría al proyecto, y las probabilidades de que se produzca.
  4. Asignación: asignar a cada riesgo una persona responsable que controle, tome decisiones y desarrolle el plan previsto para mitigar o eliminar el riesgo.
  5. Supervisión: controlar activamente, ya que la gestión de riesgos debe ser proactiva, no reactiva.
  6.   Respuesta: es el momento de responder, cuando un riesgo se convierte en realidad.

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Ambos tipos de  riesgos se pueden mitigar a través de una adecuada planificación e implementación de un buen plan de gestión de riesgos en proyectos, pero esto no evita la posibilidad de que ocurra algún imprevisto. Es importante estar preparado para estos eventos inesperados, asegurándose de que todos los empleados reciban capacitación periódica sobre cómo manejar situaciones como estas de manera efectiva.  

Al aplicar Gestión del cambio, la metodología Prosci® logra una evaluación de riesgos más completa al reconocer una gama mucho mayor de posibles amenazas, a la vez que aumenta el número de factores en cada evaluación.

Incluso ofrece dos pautas de personalización en función de los resultados obtenidos:

  •         Evaluación del análisis de riesgos, lo que aporta una guía personalizada basada en el cuadrante de riesgo
  •         Un análisis de los factores de riesgo y actividades, ofreciendo las pautas personalizadas y específicas para mitigar dichos riesgos e implementar el cambio de forma exitosa.


En Prosci® no sólo te ayudamos a reducir los riesgos de tu empresa, sino que también te capacitamos para abordarlos mediante una buena Gestión del Cambio.

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